Esta berlina familiar del fabricante del rombo celebró su cincuenta aniversario en 2019. Sin embargo, a pesar de su gran éxito en su momento, no ha permanecido realmente en la memoria colectiva. Saquémoslo del olvido con la ayuda del concesionario de coches segunda mano Murcia Crestanevada en este artículo.
A finales de los años sesenta, las berlinas familiares de otros fabricantes franceses compiten con innovaciones técnicas y estilísticas. Peugeot tuvo éxito con su 204 con un motor transversal de aleación ligera y tracción delantera. Simca tuvo un gran éxito con su 1100, también con tracción delantera y motor transversal, con un diseño moderno y un portón trasero. Y para que conste, en Citroën, el Ami 8 sucede al Ami 6. En Renault, para luchar en este nicho, encontramos los antiguos R8 y R10 con motor y transmisión traseros y el flamante R6, un pequeño R16 con tracción delantera como su hermana mayor, pero que lucha por conquistar a la clientela conservadora apegada a las carrocerías con maletero y tracción trasera.
Para conseguir este difícil reto de agradar al mayor número de personas y poder circular en el máximo de países diferentes, Renault optará por mezclar soluciones antiguas y modernas. Desde el punto de vista técnico, el recién llegado sorprende por la rusticidad de su eje trasero rígido que contrasta con la modernidad de sus ruedas motrices delanteras. Estos últimos están impulsados por una evolución de un conocido motor de la casa, el 4 cilindros presentado en 1962. Este motor parece bastante anticuado en comparación con el bloque motor de aleación de aluminio, más ligero y compacto, introducido cuatro años antes por su hermana mayor, el Renault 16. La ventaja decisiva para la globalización es que este motor, sencillo, sólido y bien probado, puede ser reparado y mantenido por muchos mecánicos en todo el mundo sin necesidad de herramientas especiales ni conocimientos mecánicos específicos.
UN DISEÑO SENCILLO PERO POLIVALENTE
Para atraer a más compradores, Renault decidió no equipar el R12 con un portón trasero. Se trata de un elemento distintivo que el fabricante ha impuesto en todos sus nuevos modelos desde 1965 (R4, R16, R6). Hay que decir que, fuera de Francia, este elemento no es muy popular. Un mal menor porque el R12 permite a Renault ofrecer a los franceses un coche sin este portón trasero… Por lo demás, la carrocería del R12 sigue siendo común, la única sorpresa sigue siendo la caída muy pronunciada de la parte trasera. La línea es mucho menos austera que la del R8 al que sustituye, mucho más fluida con la llegada de las curvas. El diseño final es un mal menor si se tiene en cuenta que algunos estilistas han propuesto rejillas frontales de tres luces y otras rarezas similares. Esto no impide que la prensa automovilística británica describa su silueta como «una barra de pan demasiado blanda». Pero, como saben los franceses (especialmente los aficionados al rugby), los ingleses son traicioneros cuando se trata de algo del continente.
UN COCHE CON ÉXITO INTERNACIONAL
Ensamblado en la fábrica de Flins de 1969 a 1980, luego en Turquía hasta 1999 y en Rumanía hasta 2004, el Renault 12 también se produjo en las fábricas de Renault en España, Eslovenia y Colombia. Se han hecho acuerdos para montarla en Portugal, Irlanda, Australia, Canadá, Argentina, Madagascar, Marruecos, Costa de Marfil y Sudáfrica. Al final se produjeron 4,1 millones de unidades. Y este resultado no incluye los 2 millones de derivados fabricados en Rumanía por Dacia (¡ya!), ni las 700.000 unidades ensambladas en Turquía por OYAK.